La lata de chicha interminable.

En la fiesta del Rosario, en una chicheria, nos instalamos bien en una mesita inicialmente cuatro amigos, los cuales compramos una lata de chicha y a medida que iban pasando los minutos y las horas, pasaron un montón de hermanos amigos quienes van mera y exclusivamente a la fiesta, con los cuales compartíamos nuestro liquido embriagador, previo un saludo cariñoso y el abrazo típico de paisano los invitabamos a compartir. De repente advertimos que el contenido iba disminuyendo considerablemente, a uno de ellos se le ocurre traer una mangue-rita de sueros y disimuladamente nos acercamos con toda la mesa y los bancos cerca a uno de los cantaros herméticamente tapados QUE ESTABA SIN EMPEZAR (kjallari) accedimos como se pudo a la chicha y conectamos la mangue-rita desde el cántaro hasta la lata de chicha que desde ese momento era interminable. Nota: la chicheria era la de doña Filica el que trajo la mangue-rita de suero, era su hijo el Cacho. jajajajja

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